miércoles

Aparición de trastornos alimenticios


Hoy creo que saltare un poco en el tiempo y empezaré con un tema que llevo arrastrando desde hace 9 años, un problema que comenzó cuando me di cuenta que vivía en un cuerpo erróneo, que no correspondía con la realidad de mi mente, que todo a mi alrededor era construir una vida en la mentira y creer ser una persona negando mis sentimientos.

Mis primeros problemas con el aspecto físico comienzan con los 15 años, veía como crecía de una manera que no encajaba en mis planes, crecí a lo largo y ancho, llegando a la altura de hoy, 1’88 cms, y a un peso inimaginable, casi 125 kilos, vamos una autentica cerda que no podía vestir en las tiendas normales de ropa, yo sinceramente me veía muy bien, si un poco grande pero jamás me vi GORDA, cada vez comía más y más pensaba que algún día todo comenzaría a irse, espero que conozcáis el dicho de –desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un pobre-vamos que yo las 5 comidas del día las hacia como una reina bueno más bien como una reinona, desayunaba en casa un bocata de embutidos, me llevaba otro bocata para el recreo y encima con mis tácticas con el Domund tenía dinero para seguir comprando comida en el cole, comía como una bestia a la hora del almuerzo, merendaba lo que Mili (niñera, asistenta y de todo un poco)me daba, o sea, lo que yo quisiese y cuantas veces quisiese y al final de la noche cenaba comida precocinada, vamos no comía mas por que no podía.

Creo que jamás pensé tener ningún trastorno alimenticio, era feliz, si con mis problemas con la identidad de género, pero feliz, no sabía qué era eso y nunca había oído hablar de ese tema, todo comenzó en un viaje en verano con 17 años, me fui a Galicia, estuve 15 días recorriéndola entera con mis padres y un grupo de amigos, una pareja amiga de mis padres tenían un hijo muy guapo, Rubén, creo que era de mi edad y nos llevábamos muy bien, con el paso de los días se me quito el apetito por estar encaprichada de él, deje de comer por completo y solo bebía coca-cola, creo que perdí como 8 kilos y me gusto el cambio que di, esto fue el principio pero no el fin, cuando volví al colegio ya comía menos hasta que un día entre en el baño del restaurante después que entrara un chico que tenía un cuerpazo de infarto, enorme , cuadrado, su brazo seria mi muslo ahora y de repente lo oigo vomitar todo lo que había comido y pensé que si hacía lo mismo estaría igual así que comencé a vomitar solo el almuerzo, comía y bebía montón y nada más terminar corría al baño del restaurante y vomitaba, vomitaba hasta quedar exhausta y vacía por dentro, en unos dos meses perdí como 15 kilos, vi como mi piel se volvía floja y seca así que le comente a mis padres mi idea de bajar de peso y me pusieron con endocrinos y yo por mi cuenta comencé en el gimnasio antes de que mi cuerpo se pusiera como una pasa.
Comencé el endocrino y me dio unas nuevas pautas de alimentación, jamás me quito comida ya que decía que para el crecimiento no me podía excluir ningún tipo de alimento ya que era necesario para el cuerpo, solo me dijo que eliminara poco a poco las frituras, el pan, los dulces y que comiese mas verduras y frutas, también me obsesione demasiado con el deporte necesitaba bajar muchísimos kilos lo antes posible, empecé a pensar que la gordura y la comida no traía más que problemas, corría por las mañanas, nadaba al mediodía e iba al gimnasio después de comer y vomitar y me pegaba horas y horas en la bici y en la cinta, iba a hacer deporte todos los días del año, 25 de diciembre, 1 de enero ,….no había día que no fuese al gym y si no iba hacia deporte en casa.

A los 18, antes de terminar el último curso estaba ya en 80 kilos, había bajado 40 y pico kilos y los rumores de posibles trastornos alimenticios en el cole eran más que obvios, le había contado tiempo atrás a Nichel y Héctor mi problema y fueron a la psicóloga del colegio y se lo contaron, aquí comenzaron los problemas en el colegio y mis enfrentamientos con los profesores y todo aquel que me dijese que engordara, que estaba muy delgada, hablaron conmigo y siempre negué tener este tipo de conducta, hasta que decidieron ponerse en contacto con mis padres, mis padres fliparon pero una vez que hablaron conmigo y yo les dije que había bajado gracias al endocrino, al deporte y a la cirugía se tranquilizaron y pasaron del tema. En el cole ya empecé con un gran problema con la comida, ayunaba a diario, me llevaba una botella de agua llena para la mañana, hasta el almuerzo no comía, a los 10 minutos de comer iba al baño con una botella de agua fría y me la bebía e iba vomitando al mismo tiempo y no paraba hasta que no salía nada o salía la bilis, compraba otra botella de agua llena para la tarde y hasta la cena no probaba bocado, que sería o una ensalada o varios yogures con cereales. Creo que también el hecho que mis padres nunca estuvieran en casa o pasaran de mi influyo en desarrollar esta enfermedad mental, era una manera de evadirme de la realidad, de pensar en mi y en cómo podía adelgazar y así tener aspecto femenino.

Poco a poco esto fue a más y cada vez era más difícil controlarme, llego un momento en el que vomitaba hasta el agua o una aceituna, llegue a 65 kilos, perdí el conocimiento varias veces, perdía la noción del tiempo o tenia lapsus mentales, así estuve hasta los 21 años mezclando etapas de bulimia y otras de anorexia, gracias a dios que todo esto ocurrió mientras hice deporte y arreglos, jamás se me ha caído el pelo, ni se me ha secado la piel, ni he tenido problemas internos, ni me han quedado ni estrías ni piel floja o carne colgando. Hubo una etapa entre los 21 y 23 que controlé un poco los trastornos y engorde hasta los casi 80 kilos, ya no vomitaba tanto y siempre procuraba comer, a partir de los 23 ya viviendo en Madrid comencé otra vez con las etapas de ana y mia, términos coloquiales para definir anorexia y bulimia respectivamente, bajé hasta lo que peso ahora, unos 66 kilos, sé que es una enfermedad silenciosa y dolorosa, creo que jamás podré recuperarme y volver a comer como cualquier persona normal, siento miedo hacia la comida, no veo alimentos veo códigos de números, números de calorías, grasas, hidratos y la verdad se pasa muy mal y no se lo deseo a nadie, ahora estoy en una etapa desde hace un año de una especie de anorexia en la que no dejo de comer del todo ya que como muy poco y pocas veces al día y cuando de verdad como un plato de comida voy y lo hecho como agua sucia, como si me fuese a infectar de algo, odio la sensación de estar llena, de ver como tu barriga esta grande y dura por la comida, como si jamás mi cuerpo fuese a digerirlo, creo que he comenzado otra vez por el hecho de haber decidido cambiar con mi cuerpo y vida definitivamente, de convertirme en chica y tener el aspecto delgado y femenino de la mayoría de las mujeres, también creo que es psicológico pero muy real, ha influido por el aspecto de estar sola, de vivir en una ciudad en la que no puedes contar con nadie, de ver como mi prima se va, de no tener a mis amigos cerca y ver cómo nos vamos alejando por culpa de la distancia, la muerte de mi padre y la indiferencia de mi madre y mi hermano hacia todo lo que hago, de ver como no le importo ni le gusto a nadie y que soy una pieza insignificante de la sociedad, una sociedad dura y superficial que solo ve a la gente por su aspecto físico, si he aprendido algo de esta enfermedad es a valorar a las personas, a comprender y entender los sentimientos que a todos se nos pasa por la cabeza, de poder ver más allá de su cuerpo, aunque estemos y parezcamos sanos la gente por dentro puede estar podrida y estarlo gritando a los cuatro vientos sin que nos demos cuenta.
Ahora entiendo los reportajes de la televisión respecto a los trastornos de alimentación, como esta patología nunca desaparece, siempre estará presente en mi vida y habrá épocas en las que podré controlarlo y épocas en las que me venga abajo, una anoréxica o una bulímica sabrá toda su vida que si quiere bajar unos kilos o cierra el pico o vomita de todo por el pico, he intentado todo pero jamás dejo de pensar en la comida, en poder pasar 5 días con una manzana o un café diario y llegar a comer la compra de una semana en una tarde y devolverla entera a los 10 minutos, se pasa muy mal pero se aprende a vivir con ello, conozco los contras y sé que cualquier día me puedo quedar en la taza del váter o me puede dar un infarto pero prefiero eso a estar gorda o coger unos kilos y seguro que a nadie le importara o se dará cuenta de mi inexistencia, creo que terminaría haciéndome un favor en no sufrir más.

También es un poco ilógico que cuando me entero que alguien tiene este problema me preocupo mucho e intento que no lo hagan, intento que entren en razón y que dejen de hacer tonterías y lo paso fatal porque sé lo que se pasa y lo que se sufre, sé que debería aplicarme el cuento pero es imposible, solo espero que algún día pueda llevar la vida que siempre he soñado, ser una chica, dejar de lado los problemas con la comida, que mi madre me preste un poco de atención, ser diseñadora y que alguien esté a mi lado para apoyarme y quererme pero para esto necesito algún tiempo.

Bueno creo que esta es la faceta más oculta y negra de mi vida y de la que muy pocas personas saben o se quieren dar cuenta.

Podre salir de esto, no sé, el tiempo dirá.

Un beso

Canción del momento:
Viviré (spanish versión) – Andrea Bocelli y Gerardina Trovato