jueves

Mi infancia


Mi infancia, por dónde empezar, hay tantas cosas que me gustaría contar pero claro sería todo tan aburrido y tan largo que bueno intentare resumirlo todo.
Recuerdo que respecto a la familia, solían llamarme grillo, puesto que cuando no hacían o me daban lo que quería me ponía a llorar y protestar con voz de pito, solía ser un poco jodelón y molestón con la gente, me gustaba hacer rabiar a mis primos aunque también recibía por parte de ellos y como era lógico me tiraba al suelo a llorar, estuve durante muchos años enamorada o quizás encaprichada con mi primo, es de la misma edad que yo, altísimo y con un cuerpo de escándalo por el futbol, deporte o actividad que siempre que nos reuníamos no sé como terminaba siempre de portera, que rabia me daba, no me gustaba nada, además eran súper brutos y a mí me aterrorizaba jugar con ellos, claro estaba que si en algún momento decía delante de mi padre y mi tío que no quería jugar , o me obligaban a jugar con chantaje o me decían que los hombres jugaban al futbol y las mujeres cuchicheaban en la cocina, por lo que decidía meterme en ella.
Con mis primos viví muy buenos momentos, sobre todo en navidades cuando cenábamos en casa de mi abuela y mi tío nos compraba cajas llenas de petardos y bombas, era lo más, me lo pasaba pipa bajando al jardín y tirándolos, recuerdo salir a la calle y tirarlo contra los coches, acto que creo hicimos todos de pequeño. Gozaba con ellos cuando nos íbamos de vacaciones al sur, a casa de la abuela, siempre terminábamos peleados ya que se pasaban la mayor parte del tiempo molestándome y tirándome al agua, no sé por qué no entendían que prefería tostarme al sol a jugar con ellos al futbol o al escondite. Yo más de una vez solía pensar que si mis primos me veían como una niña, recuerdo siempre ponerme a hacer poses mirarme al espejo y ellos se burlaban, siempre y durante mucho tiempo creía que era una chica, ya que no tenía los mismos comportamientos ni gustos que mis primos, me encantaba estar con mi madre y mis tías en la cocina o en el jardín, hablando de moda, de tratamientos, de hombres (tema del que no entendía nada) y de cocina.
Cuando comencé en la guardería creo que comenzó todo el tema de mi transexualidad, jamás supe que era, ni era un chico puesto que ni actuaba ni jugaba como ellos, ni era una chica puesto que el físico no era igual, pero sentía gran compenetración con ellas, estuve siempre en la manzanita, un fantástico jardín de infancia y guardería en vegueta, al lado de casa de mis abuelos, la directora era una mujer que causaba miedo, morena de tez blanca y con cara de pocos amigos, se llamaba algo parecido a Norberta.
La manzanita era un edificio antiguo, como todos en esa zona, de cuatro plantas con un espectacular jardín y patio de recreo en medio convertido también en salón de actos con un teatro fijo que montaron. Cada clase era de un color distinto, cada pasillo tenia dibujos de un cuento y los baños eran de miniatura, o sea, de niños, me encantaba meterme en el baño de los niños a hacer pis todos juntos aunque yo miraba, ya que no entendía el hecho de ser diferente a ellos en unos aspectos pero tener los mismo, y después cuando estaba sola hacia yo mis cosas sentada. Me fascinaba la manera en que había que ir vestido al colegio, era un uniforme largo, de cuadros muy pequeños en blanco y negro, como el estampado típico de Burberrys, por las rodillas y anudado en el parte trasera con botones y a la altura de la cintura con un lazo, en la parte del cuello tenía unas solapas de color rojo a juego con los puños, cuando mi madre debajo me ponía pantalón largo me los remangaba y me subía los calcetines y pensaba que eran los vestidos de mi abuela.
Recuerdo muy bien el hecho de pensar por qué no correspondía a ningún grupo ni me veía chico ni me veía chica, así estuve muchismos años hasta que empecé en el colegio, no era lógico, no encontraba la solución por más que quisiera. Mis primeros roces con los chicos fue en la guardería, si y los recuerdo, no todos, pero algunas pequeñas cosas si, los días que me quedaba en mi casa íbamos un pequeño grupo de niños en el “micro” donde me metía con un niño que creo se llamaba Rayco debajo de los asientos traseros y nos poníamos a darnos besitos, creo que esto fue lo más cercano y temprano que experimente respecto a la sexualidad, mas tarde con un poco más de edad y casi terminando, me metía en los baños y me gustaba tocar el miembro de los otros chicos pero jamás dejaba que me tocaran a mí.
Odiaba las fiestas de carnavales de la manzanita, no sé que empeño tenía mi madre con los animalitos, que si de perro, de pingüino, de pájaro hasta de gatito bueno este era un poco afeminado pero no se, yo siempre deseaba y soñaba con tener un traje de princesa o de hada y no, de pingüino, este me lo puso dos años seguidos y ella y mi abuela me comían a besos, me ponía a llorar y no quería ir a la fiesta , me miraba al espejo y pensaba que era una broma, pero bueno miraba el lado positivo, voy de pinguina, mas adelante cuando éramos mayores hacíamos representaciones, un año hicimos el libro de la selva y toma me toco de elefante, más animalitos por carnaval, que horror, otra vez hicieron un baile rociero y me toco ir de hombre con unos pantalones requintados, una camisa muy fea que me recuerdan a las camisas de Valentino con volantes en los puños y en el cuello y una chaqueta que no había por donde cogerla, bailaba con 4 chicas vestidas de sevillanas, traje que intente ponerme una tarde de ensayos pero no me entraba, menudo marrón con las ganas que tenía de ponérmelo, ahora lo pienso y estoy segura que si me hubiese cerrado me lo hubiese llevaba puesto a mi casa.
Había una profesora que me parecía una princesa y quería siempre estar con ella, tendría en aquel entonces 30 años, se llamaba Ana, alta y rubia, con una melena rizada por la cintura y con mucho volumen , era muy delicada y hablaba muy dulce y nunca se enfadaba. Después había varias más pero si no me acuerdo es que no fueron importantes ni me marcaron.
Creo que esta época fue un poco decisiva respecto a mi sexualidad y mi forma de ser y sentirme, sabía que era chica pero con algo raro entre las piernas, jamás supe que era o que me pasaba, estaría enferma?, no lo estaba? pero pocos años después cuando comencé en el colegio las cosas cambiaron, nueva gente, nueva vida, nueva forma de verla, nuevos términos que jamás había oído para definir a una persona como mariquita o afeminado, adjetivos que me llamaron mucho la atención y me ayudaron a definirme de una manera errónea, pero me ayudo a entender el por qué era como era y que era lo que pasaba a mi alrededor, resolví preguntas como ¿seré la única?¿habrán mas como yo?¿estoy enferma o me pasara algo? No sé, como estas prehguntas , muchas más que ya comencé a ponerles solución, soluciones que en cierto modo me definían pero seguía sintiendo algo que no correspondía con la homosexualidad.

Bueno por hoy vamos listos.
Ya seguiré con mi vida temprana fuera y dentro del cole, un cole de curas y lleno de hombres.
En fin.
Un saludo.